EL PAIS Y SU CULTURA EN EL SENDERO DE LOS MELCOCHITAS

20.07.2010 17:28

 No deberíamos quejarnos de males que nos aquejan a los peruanos. Es como gastar pólvora en gallinazo. El Estado -como mecanismo tuitivo de la sociedad- gasta (no invierte), ingentes presupuestos en sustantivos programas y políticas, en un afán "bobo" por derrotar las pandemias sociales que acechan.

Basta con reconocer que somos seres humanos, hiperactivos (por la coyuntura) de una sociedad que amanece y anoche enferma y sin esperanzas; para saber distinguir que nuestros males tienen raíces endémicas, tal vez traídas desde los tiempos de la trilogía: Pizarro-Almagro-Hernando de Luque; tiempos del saqueo al Imperio de los Incas. De tal manera que esperanzarse, agotar esfuerzos, gastar recursos sobre recursos, pretendiendo justificar que se invierte para cambiar el estado de cosas, es pura tontería. Una quimera. Somos una Nación, que podría llegar a ubicarse entre las de economía de primer mundo; pero la idiosincrasia perversa, los males hegemónicos y las taras las llevamos en la sangre.

Y un sector que debería jugar un rol de rescate, es la "Prensa Nacional" en su conjunto; sin embargo, no se desliga de ese cómodo y complaciente statu-quo. No hace más que conectar sus vagones y conducirlos por los caminos de lo intrascendente y lo ridículo; sentenciándonos a una sociedad sin esperanzas para edificar una auténtica cultura de vida.

A todos los peruanos debe enfermarnos todos los días amanecer, cotejándolos con la imperativa obligación de alimentarlos con las inmundicias que nos ofrecen las empresas de televisión a nivel nacional. Si tenemos recursos para contratar con la "cultura cable", podemos evitar y esquivar la peste informativa. Caso contrario, seguiremos alimentándonosle con la cultura chatarra que nos impone el "sistema".

El consumismo, no permite tomar otra decisión. Bajo esta decadente estructura cultural educativa, seguimos viviendo en la vieja historia del colonialismo mental. Queremos comprobarla, basta prender los televisores... y OH, que bastarda realidad. Allí, comenzarán a desfilar, personajes como; Chibolín, La chola Chabuca, Cacho, Juan Carlos Ferrando etc. etc. Estos personajes aparecen en el desayuno, almuerzo, te y cena en la TV.

A ello, hay que adicionar la insipiencia de "programas basura" de entretenimiento; menos mal que desapareció Laura Bosso y su asqueroso Talk Show. Pero allí sigue la cultura del chisme, del escándalo, la apología a lo intrascendente. Acabamos de ver el mundial del fútbol de Sudáfrica, pero nuestros espacios televisivos deportivos, más cobertura le dieron hasta ahora al "Pulpo y al Cuy". Tengamos la plena seguridad que por un buen tiempo, nos tendrán bailando con estas ridiculeces.

El tema de los cuernos de Melcochita dio la vuelta en el mundo. Y en esa inquietud morbosa de nuestras empresas de televisión, no duraron un sólo instante para jugar con los derechos de paternidad de la menor "Constanza". A vista y paciencia, a toda impunidad, con cuchillo en mano, nadie reparó en el derecho legal de esa niña, para no destrozarle su intimidad. Todo, el sistema de la justicia, se dejó ganar por el escándalo y el escenario circense, despareció la función tuitiva del Estado.

Habiendo prioridades, verdadera necesidad de inversión de la televisión peruana, fuimos los primeros en el mundo en provocar la contratación de la "Novia del Mundial", una mujer paraguaya. ¿Para qué?... para que todos los peruanos sedientos de sensacionalismo y morbo pudiéramos apreciar, pudiéramos saciarnos de alimento libidinoso. Y como redondeando la faena don Jaimito Bayli, la llevó a su programa y faltándole el respeto a la moral de los peruanos, la sometió a una relación sexual encubierta, en una denigrante entrevista. ¿Cuál será la opinión del Ministro de Educación?.